El 15 de marzo se celebra el Día Mundial de los Derechos del Consumidor, recordando el discurso que en la misma fecha del año 1962 pronunciara el presidente de los EE.UU, John F. Kennedy: “Los consumidores son el grupo económico más grande, afectado por casi cada decisión económica privada y pública. No obstante, es el único grupo importante (…) cuyas opiniones a menudo no son escuchadas”.  Un hecho que, por su relevancia institucional, marcó un hito en la política internacional de protección de este colectivo tan importante en la sociedad de consumo, enunciando por vez primera los derechos básicos que resultaba necesario proteger para mantener el equilibrio necesario en el complicado engranaje de las relaciones de mercado.

Posteriormente, el 9 de abril de 1985, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó las Directrices de la ONU para la Protección de los Consumidores, declaración de derechos que hoy goza de reconocimiento internacional, ampliando el abanico de derechos y profundizando en su protección.

Y lógicamente la legislación española en esta materia se puso al nivel de la de los países más avanzados del mundo. Ya lo estaba con anterioridad a las Directrices de la ONU, pues la Constitución de 1978 en su artículo 51 establece que los poderes públicos garantizarán la defensa de los consumidores y usuarios, promoverán su información y educación y fomentarán sus organizaciones

En España, realmente, el Consumo nace con ocasión de los trágicos sucesos de 1981 con un envenenamiento masivo por la comercialización a particulares del aceite de colza industrial utilizado de forma fraudulenta, el llamado síndrome tóxico. A raíz de ello aparece la primera OMIC de España, en Albacete en 1983, y la Ley de Defensa de Consumidores y Usuarios de 1984, que tras las diversas reformas operadas por la incorporación de la normativa comunitaria se transforma en el Real Decreto Legislativo 1/2007.

Desde 1962 hasta hoy, la protección y atención de los consumidores se han hecho realidad en la Administración y en la empresa. Se han multiplicado las leyes, normas y procedimientos que amparan los derechos de los consumidores, conformando el marco legal en el que se desarrollan la producción y la comercialización de productos y servicios. Se establecen canales que favorecen la atención del cliente y que permiten resolver sus reclamaciones. Pero todo ello no resulta suficiente porque el colectivo de los consumidores se va afectado reiteradamente por situaciones de abuso e indefensión, descubriendo que aún hoy persiste el desequilibrio que apuntaba Kennedy.

Los avances tecnológicos, la liberalización de mercados, las innovaciones en la comercialización han provocado cambios espectaculares en las formas de consumir bienes y servicios, que se han introducido en la sociedad de consumo en muy poco tiempo, utilizando las técnicas más persuasivas de la mano de la publicidad.

Indudablemente, el fácil acceso a un mayor número de productos y servicios ha contribuido a mejorar nuestro bienestar y calidad de vida. Pero los mismos cambios que ya disfrutamos también llevan aparejados efectos colaterales que ensombrecen su valor y dejan al descubierto la frágil situación del consumidor en un mercado tan agresivo como el actual.

Durante más de 30 años, las OMIC vienen asesorando y tramitando las demandas de los consumidores. Comprobamos lo difícil que le resulta entender la contratación y la facturación del suministro eléctrico, cómos e contratan servicios ofreciendo descuentos y ocultando condiciones y compromisos más gravosos,, comprobamos el desconocimiento y falta de información sobre el derecho de desistimiento del consumidor, cómos e desconoce y entorpece el derecho de garantía en la compra de bienes duraderos, cómo se desconocen las condiciones en las compras por internet, … Pero el consumidor, y hoy hay que decirlo claramente, no está solo. Cuenta con la ayuda de las Oficinas Municipales de Información al Consumidor, popularmente llamadas OMIC, que a lo largo de España ofrecen, desde un punto de vista público, gratuito, desinteresado y de inmejorable cualificación profesional, no solo el asesoramiento más completo, sino ayuda, apoyo y comprensión y una asistencia que siempre va más allá de ser una ventanilla.

La actividad de las OMIC, a pesar de crisis y recortes, han continuado de forma muy dinámica. Un servicio de proximidad y valorado como un departamento necesario de sus ayuntamientos. Por todo ello, el 15 de Marzo es un día a recordar, una fecha importante en la que se reconocían los derechos de consumidores y usuarios.